Vacunas ARNm contra el COVID-19: Seguridad, eficacia y efectividad respaldada por la ciencia
Desde la pandemia de gripe española en 1918 que causó millones de
muertes alrededor del mundo, la llegada de la pandemia por el virus del SARS-CoV-2
destacó como una de las emergencias sanitarias más importantes de este siglo. El
riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte a causa de la enfermedad por
este virus aumenta con la edad, así como en aquellas personas que tienen afecciones
cardiovasculares, enfermedad pulmonar crónica, anemia falciforme, enfermedad
hepática, diabetes, cáncer, obesidad por mencionar algunas
Si bien es cierto luego de 3 años la vacunación masiva ha demostrado ser una
herramienta eficaz para ayudar a detener el avance de la pandemia, frenar la
propagación del virus y reducir los casos graves y por ende las hospitalizaciones, la
lucha contra esta enfermedad sigue siendo prioritaria.
Las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas en la tecnología de ARNm (ARN
mensajero), como las de Moderna, se basan en simular una secuencia del virus que
les da instrucciones a las células para producir proteínas específicas, desencadenando
una respuesta inmunitaria. Esto se consigue mediante varios procesos, en los que el
ARNm contenido en la vacuna se encapsula primero con lípidos o grasas para
protegerlo y facilitar su ingreso al organismo. Una vez administrada la vacuna y recibida
la instrucción del ARNm a nivel de las células, se inicia la fabricación de las proteínas
contra el virus (anticuerpos protectores). Una vez cumplido su propósito, el ARNm no
permanece mucho tiempo en el organismo, ya que el mismo es degradado de manera
natural una vez emitida la señal sin provocar cambios permanentes ni alteración en el
ADN.
La capacidad de Moderna para desarrollar, fabricar y comercializar rápidamente
vacunas contra el COVID-19 demuestra el potencial que tienen la tecnología de ARNm
no solo para contención de pandemias sino brotes epidémicos ahora que se declaró el
cese de la pandemia y estamos en una fase de endemia o de aparición constante. La
vacuna contra COVID-19 de Moderna ha sido autorizada en más de 70 países y, hasta
la fecha, se han producido más de mil millones de vacunas contra la COVID-19,
incluidos más de 278 millones de dosis bivalentes o vacuna actualizada de refuerzo.
Recientemente, Moderna solicitó la autorización de la FDA para su vacuna nueva
vacuna actualizada contra COVID-19, que ha mostrado una sólida respuesta
inmunitaria en los datos clínicos preliminares. Esta nueva vacuna, que será
monovalente, contiene ARNm que envía instrucciones a las células para producir proteínas de espiga que protejan contra el sublinaje XBB.1.5 del SARS-CoV-2 (mRNA-
1273.815) que es la nueva variante de interés que circula de manera predominante a
nivel mundial 3 , lo que demuestra la rapidez de este tipo de tecnología en materia de
innovación, lo que se traduce en beneficios para la salud pública.
La Dra. Yamile Sandoval Sánchez, gerente médico de la Unidad de Vacunas de
Asofarma, explica que el objetivo de administrar una dosis de refuerzo es potenciar la
respuesta inmunitaria, elevar el nivel de los anticuerpos neutralizantes o protectores y
contar con más tiempo de protección contra el virus y sus variantes de interés
(predominantes) entre una temporada y otra. De este modo, el organismo estará mejor
preparado para enfrentarse a las nuevas variantes del virus que estén circulando.
"Los beneficios colectivos de la vacunación son esenciales para controlar la
propagación del virus y proteger a los más vulnerables. Día a día la ciencia avala la
seguridad y eficacia de estas vacunas y es crucial seguir promoviendo la importancia
de la inmunización en la población para combatir esta amenaza permanente en el
mundo", concluyó Sandoval.
Hoy en día la comunidad científica ha trabajado incansablemente para desarrollar
vacunas eficaces contra el COVID-19.
Esta tarea no ha sido fácil: se han llevado a
cabo rigurosos ensayos clínicos con miles de participantes cuyos resultados han sido
evaluados bajo estrictas normas de seguridad y calidad tanto por la FDA, como por
organizaciones sanitarias internacionales con el objetivo de obtener la autorización de
uso de emergencia y posteriormente su uso definitivo. Aun así, las vacunas siguen
siendo objeto de un monitoreo continuo para garantizar su seguridad.